Este miércoles se cumplen 90 años del nacimiento de Marilyn Monroe, uno de los mayores mitos sexuales de Hollywood, que bajo esa coraza de rubia despampanante y arrebatadora, escondía una fragilidad a flor de piel, producto de una infancia rota de cuyos fantasmas nunca logró escapar.
Ganó tres Globos de Oro -ganó como Mejor Actriz de Comedia por "Some Like It Hot" (1959) y los otros dos fueron honoríficos como la actriz favorita del público-, fue nominada en dos ocasiones a los BAFTA británicos -como Mejor Actriz Extranjera, por "The Seven Year Itch" (1955) y "The Prince And The Showgirl" (1957)- y grabó sus huellas en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1960.
Su estrella sigue siendo una de las más buscadas y fotografiadas por los curiosos.
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Al enterarse de la muerte de la diva de Hollywood, Ernesto Cardenal, escribió este poema en su recuerdo:
Oración por Marilyn Monroe
Ernesto Cardenal
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!
***
Marilyn, lectora
Parecería que ya se ha escrito todo sobre la emblemática rubia amante del mundo. ¿Cuál fue el mejor papel de Marilyn Monroe? El de ella misma, el que creó Norma Jeane cuando decidió convertirse en la señorita Monroe, proyectando una imagen de bomba sexual como un ensamble de inocencia y suntuosidad.
Marilyn era un combo exacto: misterio con Chanel No. 5; mujer brillante y ávida lectora, lectora en serio.
Decir “Marilyn Monroe” nos remite sus papeles realizados en las películas que la posicionaron en la cima, filmes donde el arquetipo de rubia tonta se refuerza, y de lo que Marilyn no tenía ni un pelo; decir “Marilyn Monroe nos hace pensar, también, en la rubia que revolucionó el estereotipo de la mujer norteamericana del siglo XX.
Acostumbrados a pensar que los íconos pop nunca han leído o leyeron más de un par de libros en su vida, llega la rubia a ponerlo todo de cabeza. James Joyce, Samuel Becket, Gustave Flaubert, Fiodor Dostoievski y Walt Whitman son algunos de los hombres encontrados en su repisa, amantes de puño y letra: de otros mundos. Y Arthur Miller, por supuesto, que le llamó “cariño” dentro y fuera de su literatura.
Marilyn era atraída y curiosa por la seducción hacia la mente, sin importar el género del otro. “La gente comenzó a decir que yo era lesbiana. Sonreí. No hay sexo incorrecto si hay amor en él”. Marilyn Monroe
Gracias, Marilyn, por permitirnos apreciar las entrañas de tu biblioteca. Estos son sólo cinco de sus libros de cabecera que disfrutó y recomendó.
Muerte en Venecia de Thomas Mann
Madame Bovary de Gustave Flaubert
Hubo una vez una guerra de John Steinbeck
El agente secreto de Joseph Conrad
La última tentación de Cristo de Nikos Kazantzakis