Macanudo de Liniers

Macanudo de Liniers
"¿Y si no fuésemos otra cosa que los brazos de una voz?" Decir. Maliyel Beverido

martes, 24 de mayo de 2016

Somos DROSERAS



El abrazo íntimo de la drosera

Xóchitl Salinas Martínez

“Quién pudiera recibir de ti esos ojos con el mismo deseo y la misma hondura. Eres lo que hace falta. […] Carne con su temblor y su sintaxis. Ese lugar en el que la inteligencia y la sensualidad se hacen un nudo.” Andrés Neuman


Uno de los espacios que parecen configurados para el deseo, es la noche. Y es la noche, la que, entre sombras, nos permite descubrir la sensualidad desde el ámbito femenino creado por Liliana Uribe. Las hojas tentaculares de la drosera cautivan, atrapan al amante, lo hacen suyo, lo dirigieren. Las aspiraciones florecen aromáticas invitando al ritual en donde se juntan todos los tiempos. La naturalidad con la que los versos de Uribe abordan la sensualidad, cautiva al lector para que la acompañe por las páginas de Drosera, incitándolo en una búsqueda piel adentro para explorar y navegar su propia intimidad.

El libro está configurado para ser una experiencia sensorial. Los poemas se transforman en imágenes intensamente palpables, en donde disfrutamos el sonido del lenguaje empleado, la pasión amorosa retumba, es percusiva, se convierte en latidos que se aceleran, se desbordan impetuosamente. Cada uno de los poemas se despliegan, ante nuestros ojos, como un abanico que nos envuelve en la conciencia simultánea de nuestros cinco sentidos.

La voz de Liliana Uribe, tan atrayente, tan cercana, expone cada detalle, el ritmo es marcado por descripciones arrancadas de notas románticas, pasionales, que queman. Los lectores nos dejamos llevar fascinados, no nos separamos de ella ni de las flores escarlata con mieles chisporroteando en sus pétalos.

La escritura de Uribe produce un dinamismo que se convierte en la impronta de su estilo. Página a página nos encontramos con la intimidad plasmada en su voz  poética que reflejan sus pensamientos versados. La autora nos invita abiertamente a navegar por el deseo, a ser cómplices dentro del umbral del sueño compartido, nos abre la ventana del mundo femenino mostrándonos su calidez y su ambrosía. Los versos se convierten éxtasis. Todo es, al mismo tiempo, testigo y exteriorización. La enunciación del deseo manifestada con asombro y vértigo; pero también, asumido, gozado y expresado.


Liliana Uribe, en Drosera, se convierte en la creadora del espacio amoroso. Es, mediante la hipersensibilidad del cuerpo, que surge el anhelo de mostrarlo y experimentar esas vivencias como algo intrínseco al ser. La coreografía del deseo que surge a lo largo de la vida y se repite sin cesar piel adentro. Mediante los versos se pueden percibir los movimientos y las caricias de la mano amada y amante que permanecen en el cuerpo hasta el fin de la lectura.




1 comentario:

  1. ... la fina tela de un color rojo llamativo, impregnada de aquellos olores que cautivan, nace un peculiar estilo que a muchos hace sonrojar y a otros despierta.

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