Macanudo de Liniers

Macanudo de Liniers
"¿Y si no fuésemos otra cosa que los brazos de una voz?" Decir. Maliyel Beverido

viernes, 26 de agosto de 2016

Tras la huella Lorquiana



Federico García Lorca en Nueva York.



El pasado 18 de agosto, se cumplieron ochenta años del infame asesinato de Federico García Lorca. Ochenta años han pasado desde que los ojos de Federico contemplaran por última vez el mundo y se cerraran para siempre. Murió fusilado tras el golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil Española. Ochenta años después, sus versos deambulan por el mundo exclamando lo que buscaron callar. Federico fue brutalmente asesinado por los franquistas en 1936 acusado de “masón, socialista y homosexual”. Lorca no pudo ser acallado con las balas de la sinrazón,  sus versos unifican, sus versos nos liberan. A continuación, comparto siete de sus poemas:


Las seis cuerdas


La guitarra
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula,
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.


La aurora


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.





Largo espectro de plata conmovida


Largo espectro de plata conmovida
el viento de la noche suspirando,
abrió con mano gris mi vieja herida
y se alejó: yo estaba deseando.

Llaga de amor que me dará la vida
perpetua sangre y pura luz brotando.
Grieta en que Filomela enmudecida
tendrá bosque, dolor y nido blando.

¡Ay qué dulce rumor en mi cabeza!
Me tenderé junto a la flor sencilla
donde flota sin alma tu belleza.

Y el agua errante se pondrá amarilla,
mientras corre mi sangre en la maleza

mojada y olorosa de la orilla.


Mi niña se fue a la mar


Mi niña se fue a la mar,
a contar olas y chinas,
pero se encontró, de pronto,
con el río de Sevilla.

Entre adelfas y campanas
cinco barcos se mecían,
con los remos en el agua
y las velas en la brisa.

¿Quién mira dentro la torre
enjaezada, de Sevilla?
Cinco voces contestaban
redondas como sortijas.

El cielo monta gallardo
al río, de orilla a orilla.
En el aire sonrosado,

cinco anillos se mecían.

Los hermanos García Lorca.



Lluvia


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias

que pones en el alma dormida del paisaje!


García Lorca junto a Margarita Xirgu, quien está caracterizada para su 
interpretación de Yerma


Remansillo

Me miré en tus ojos,
pensando en tu alma.

Adelfa blanca.

Me miré en tus ojos,
pensando en tu boca.

Adelfa roja.

Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!
 Adelfa negra.



Si mis manos pudieran deshojar

Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.

Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.

¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
 deshojar a la luna!



Como un regalo, adjunto una historia que el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, nos cuenta sobre un episodio relacionado con la distribución y recepción de la obra de Federico García Lorca posterior a su muerte. Por último, les dejo, uno de sus poemas, HERIDO DE AMOR, interpretado por el dúo Fruta Negra.





Fruta Negra interpreta HERIDO DE AMOR de Federico García Lorca (DA CLICK)



*Federico García Lorca (1898-1936) fue un poeta, dramaturgo y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo xx














Versos de Ayotzinapa









Versos de Ayotzinapa

Carmina Cannavino

Yo no sé cómo empezar

A cantar esto que debo

Más si he de partir de cero

Tendría que preguntar

¿Cómo se puede morar

En tal nivel de injusticia?.

Triste comenzó Septiembre

Por la tragedia nefasta

La bandera a media asta

Que no dure hasta noviembre

Hoy resuenan en mi mente

Las voces de Ayotzinapa.

Hoy mi canto se ilumina

Con valiente muchachada

No acallarán mi tonada

Aunque el gobierno reprima

Soy la copla que camina

Entre miles que se expanden.

Que no ceje el estudiante

Ni el consciente ciudadano

Hasta que doblen la mano

Los tozudos gobernantes

Somos marcha de gigantes

Y no volvemos pa'tras

Hoy plantaremos semillas

Por amor a nuestros hijos

Que no nazcan sin cobijos

Sin flores de maravillas

Que los pueblos necesitan

Una educación gratuita (Ana Baeza)

Es dantesca la inmundicia

Del gobierno que no escucha

Que reprime nuestras luchas

Enviándonos sus secuaces

Por más que uno los delate

Persisten en su impudicia.

Los políticos no saben

Dónde buscar un motivo

Algún expiatorio chivo

Para que sus culpas laven

En sus bolsillos no caben

Más sobornos, más ultrajes (Diego Vergara)

Abrazo a los familiares

De los desaparecidos

Mi canto sirva de abrigo

A todos los estudiantes


Que se afine mi estandarte y mi voz nunca les falte.

martes, 16 de agosto de 2016

Décimas y derechos humanos


Algunos mitos que buscan atemorizar o hacer sentir culpables a las mujeres


Décimas por la despenalización del aborto

Daniela Meléndez Fuentes, 2010


Una mujer puede dar
vida desde adolescente
y es asunto inteligente
ésa facultad cuidar.
No me refiero a esperar
a un príncipe azul de cuento,
me refiero a que el momento
de ser madre es elección,
placer sin imposición,
disfrute en todo momento
Se ve el derecho a la vida
del feto un “superderecho”,
ese es un camino estrecho,
un callejón sin salida;
qué cruel sentencia suicida
que sea ilegal abortar,
qué fácil es prejuzgar
las causas de un embarazo
a eso lo llamo retraso
y hoy tenemos que avanzar.
Dicen los conservadores
que la vida es un regalo
idea que yo no avalo
ni la recargo de flores.
Tengo que decir, señores,
que aquí la iglesia no cabe;
que somos libres, se sabe,
de creencias y hay que ver
que es la ley la que hay que hacer
justa para que se escale.
Mujeres mueren millones
en el triste desatino
del aborto clandestino
en las peores condiciones.
El discurso de los dones
de la vida y el pecado
solo orilla a ser negado
un problema de salud
que acaba en el ataúd
y en olvido sepultado.
Es, de la mujer, la vida
la que hemos de preservar,
muchas muertes evitar
en clandestina salida.
Del crimen no habrá cabida
porque ya esta comprobado
que el ovulo fecundado
antes de 12 semanas
no tiene conciencia humana
pues cerebro no ha creado
Pudo ser por violación,
el embarazo, o incesto
y me resulta molesto
darles esta explicación:
si se rompió o no el condón,
si hijos ya son suficientes,
si de economía es carente,
si existen malformaciones,
del cuerpo las decisiones
las tomaremos conscientes
Las tomaremos conscientes
sin que se criminalice
al médico que realice
como a mujeres pacientes.
Despenalizar, urgente,
no es cosa de simpatía
es libertad que caería
en menos muertes fatales
basta de juicios morales

¡que la ley sea garantía!


jueves, 11 de agosto de 2016

Bouquet de poemas (Blanca Varela)




A media voz

Blanca Varela



La lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego.

*

Así sea

Blanca Varela


El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.

El tiempo,
la gran puerta entreabierta,
el astro que ciega.

No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.

Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.

Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.


*

Canto villano

Blanca Varela


Y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato

observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla

hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío

Rubens cebollas lágrimas
más Rubens más cebollas
más lágrimas

tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente

emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato

este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo

es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne

mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea

no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos.


*

Casa de cuervos


Blanca Varela

Porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores del mal
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absuelvo de mí
laberinto hijo mío

no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel
y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo
tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
sombras y tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra
para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes
ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie

aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa
de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme -nada infinita-
sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos
porque así es este amor
que nada comprende
y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris
que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo
así este amor
uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver.



*

Curriculum vitae

Blanca Varela

Digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.
***


Blanca Varela (Perú, 1926 - 2009), integrante del grupo más sobresaliente de la poesía peruana del siglo XX. Su primer libro, Este Puerto Existe (1959), fue vinculado con el surrealismo. Ha recibido la condecoración Medalla Internacional Gabriela Mistral otorgada por el gobierno de Chile. En 2001, su libro Donde Todo Termina Abre las Alas. Poesía Reunida 1959-2000, fue calificado como una de las mejores obras publicadas en España. Ese mismo año gana el Premio Octavio Paz