Página en tu nombre
Francisco Hernandez
Tu nombre se puede
morder como manzana.
Huele a mango de Manila
y a naranja china.
Me deja la lengua
morada al igual que el
chagalapoli
y la escobilla.
Lo trituro y respiro
yerbabuena.
Al separarlo estalla
una granada.
Crece a la altura de la
flor de caña, es la enredadera
que sube por la cerca o
se extiende a ras de patio,
perseguidor de
coralillos, sandías y verdolagas.
Si lo agito, escucho el
agua que lo llena.
Si se lo doy al loco de
la casa, volará a la punta
del cerro y lo hará
flauta.
Para librarme de la
oscuridad lo conservo en un
frasco.
Con la luz que despide
se ilumina esta página.
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