Uno
de los poemas más famosos de Clarice Lispector es Pensamiento, en donde parece
ser que todos los seres humanos sin importar sexo, raza o religión hemos
cometido algunos de estos actos que en la vida no son más que enseñanzas y con
las cuales vamos formando nuestro carácter.
Clarice Lispector |
Pensamiento
Clarice
Lispector
Ya
escondí un amor por miedo de perderlo. Ya perdí un amor por esconderlo. Ya me
aseguré en las manos de alguien por miedo. Ya he sentido tanto miedo, hasta el
punto de no sentir mis manos. Ya expulsé a personas que amaba de mi vida, ya me
arrepentí por eso. Ya pasé noches llorando hasta quedarme dormida. Ya me fui a
dormir tan feliz, hasta el punto de no poder cerrar los ojos. Ya creí en amores
perfectos, ya descubrí que ellos no existen. Ya amé a personas que me
decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.
Ya
pasé horas frente al espejo tratando de descubrir quién soy. Ya tuve tanta
certeza de mí, hasta el punto de querer desaparecer. Ya mentí y me arrepentí
después. Ya dije la verdad y también me arrepentí. Ya fingí no dar importancia
a las personas que amaba, para más tarde llorar en silencio en un rincón. Ya
sonreí llorando lágrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír. Ya creí en
personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían.
Ya tuve ataques de risa cuando no debía. Ya rompí platos, vasos y jarrones, de
rabia. Ya extrañé mucho a alguien, pero nunca se lo dije.
Ya
grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar. Muchas veces dejé de
decir lo que pienso para agradar a unos, otras veces hablé lo que no pensaba
para molestar a otros. Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos, ya fingí
ser lo que no soy para desagradar a otros. Ya conté chistes y más chistes sin
gracia, sólo para ver a un amigo feliz. Ya inventé historias con finales
felices para dar esperanza a quien la necesitaba. Ya soñé de más, hasta el
punto de confundir la realidad. Ya tuve miedo de lo oscuro, hoy en lo oscuro me
encuentro, me agacho, me quedo ahí.
Ya
me caí muchas veces pensando que no me levantaría, ya me levanté muchas veces
pensando que no me caería más. Ya llamé a quien no quería sólo para no llamar a
quien realmente quería. Ya corrí detrás de un carro, por llevarse lejos a quien
amaba. Ya he llamado a mi madre en el medio de la noche, huyendo de una
pesadilla. Pero ella no apareció y fue una pesadilla peor todavía. Ya llamé a
personas cercanas de “amigos” y descubrí que no lo eran… a algunas personas
nunca necesité llamarlas de ninguna manera y siempre fueron y serán especiales
para mí…
No
me den fórmulas ciertas, porque no espero acertar siempre. ¡No me muestren lo
que esperan de mí porque voy a seguir mi corazón! ¡No me hagan ser lo que no
soy, no me inviten a ser igual, porque sinceramente soy diferente! No sé amar
por la mitad, no sé vivir de mentira, no sé volar con los pies en la tierra.
Soy siempre yo misma, pero con seguridad ¡no seré la misma para siempre!
Me
gustan los venenos más lentos, las bebidas más amargas, las drogas más
potentes, las ideas más insanas, los pensamientos más complejos, los
sentimientos más fuertes. Tengo un apetito voraz y los delirios más locos.
Pueden hasta empujarme de un risco y yo voy a decir: “¿Qué más da? ¡Me encanta
volar!”
“No se equivoquen: la sencillez sólo se logra a través del trabajo duro”. Clarice Lispector |
*Clarice
Lispector, nació en Ucrania, pero murió en Brasil en diciembre de 1977. Es
considerada una de las más importantes escritoras brasileñas del siglo XX.
Pertenece a la tercera fase del modernismo, es decir, a la generación del 45 brasileño.