Macanudo de Liniers

Macanudo de Liniers
"¿Y si no fuésemos otra cosa que los brazos de una voz?" Decir. Maliyel Beverido

martes, 26 de septiembre de 2017

Ayotzinapa: 3 años de dolor


Para los padres, madres, hermanas y hermanos de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos, mejor conocida como La Normal de Ayotzinapa. También, por supuesto, para las otras seis víctimas asesinadas esa terrible noche, el 26 de septiembre 2014, hoy, a tres años, porque tenemos memoria, no olvidamos.


***


Hoy mujeres y hombres

Xanath Caraza


Ciudad con campos de flores rojas,

cada pétalo lleva el nombre

de estudiantes que conocí.


Hoy mujeres y hombres.

Ya no niños inocentes

ni adolescentes rebeldes.


¡No hubo tiempo!


Hoy mujeres y hombres

que demandan justa causa:

el derecho que no se debe de prohibir,

derecho a ser educados,

a ser parte de la ciudad.


En las ciudades

donde los derechos

de igualdad no han nacido,

donde la voz de aquellos

que atravesaron la frontera

sea tan válida como la de los demás,

las calles están vacías.


Quiero recordar el color rojo

de los campos floridos,

el reflejo del sol y del agua,

la fuerza de sus palabras.


Ya no hay niños inocentes

ni adolescentes rebeldes.


¡No hubo tiempo!


Solo mujeres y hombres

forzados a crecer.


[Poema incluido en los poemarios Conjuro, Ocelocíhuatl y las antologías, Poetry of Resistance: Voices for Social Justice y Resist Much/Obey Little: Inaugural Poems to the Resistance]



Espuma sangrante

Xánath Caraza

Para los 43 estudiantes de Ayotzinapa



Este mar que lame la arena,

olas hambrientas,

testigos sonoros,

luna de agua con ojos quietos.


Inmóviles palmeras mudas frente a mí.

Caminan los rayos del amanecer en las calles,

marchan ante el contenido rugido del mar.


Aves migratorias en el horizonte,

con ellas vuelo.


Arena salmón lamida por la espuma sangrante

mientras cuarenta y tres niños perdidos

gritan en sus líquidas rojas entrañas.


Aullidos sordos, aullidos sordos

en este mar estático que ruge,

ruge mar, ruge, ruge sus nombres

para la eternidad.


(11 de octubre de 2014, Acapulco, Guerrero, México)
[Poema incluido en Ocelocíhuatl, Mouthfeel Press, 2015]




Aterrizando en St. Louis, Missouri

Xánath Caraza


La misma noche que aterricé en St. Louis, 

se subastó el traje de león cobarde

de la película el Mago de Oz.


Esa misma noche al tocar tierra

la mujer junto a mí me preguntó

qué si St. Louis, era mi último destino

ella no estaba segura de poder

llegar a casa porque la calles

estaban tomadas.


La noche que aterricé en St. Louis, 

mi vuelo llegó retrasado.


La misma noche que aterricé en St. Louis, 

el aeropuerto estaba lleno de policías

con perros que olfatearon mi maleta

llena de libros, mis armas secretas.


La misma noche que aterricé en St. Louis, 

pensé en el río Hudson

en los colores que absorbí

en ese otoño amarillo de hojas de árboles

de ginkgo en la acera en Brooklyn

frente a la galería donde había leído.


También pensé en la noche de tormenta

en el cuarto piso donde el viento

aullaba frente al Hudson

y yo en pijamas escuchaba

hipnotizada sus ritmos.


La misma noche que aterricé

en St. Louis,  me urgía llegar a casa

y escribir un poema.


Esa misma noche, en el aeropuerto,

me pregunté si no estaba en Latinoamérica

donde ver pasar policías armados

en las calles es el pan nuestro de cada día.


Esa misma noche cerca de las 8 y media

Ferguson se llenó de llamaradas.


Esa misma noche algo dentro

de mí se rompió de golpe.


Esa misma noche sentí

que eran 43 + 1.


Esa misma noche

sentí tristeza.


La noche que aterricé

en St. Louis, Missouri.


La noche que aterricé

en St. Louis, Missouri

me recordó que la vida

no la tenemos comprada.


Que es frágil, que no es nuestra,

que aquí estamos de paso.


Me recordó que soy afortunada

de escribir estas palabras,

de tener el espacio donde

manifestarlas.


Me recordó que tengo una voz

que quiero usar apropiadamente.


Luego pensé, al aterrizar en

St. Louis,  que esos 43 + 1

no estaban, que no estaban,

que nunca leerían mis palabras,


que esa noche que aterricé en St. Louis, 

hacía frío y que las imágenes

en el televisor de uno de los bares

frente a la sala E22 eran de fuego puro,


que era lunes 24 de noviembre

en St. Louis.


También pensé en una noche en

la playa, en una fogata tan grande

que alcanzara la luna.


La noche que aterricé en St. Louis, Missouri

pensé en ti, Michael Brown, pensé en ti.


Pensé en ti, niño perdido, pensé en ti

pensé en ti,  43 + 1, pensé en ti

pensé en ti, en ti, en ti, en ti

en ti, en ti, pensé, en ti, en ti

en ti, en ti, ti, ti, ti, pensé

esa noche, al aterrizar.

[Poema incluido en Ocelocíhuatl, Mouthfeel Press, 2015)

Balada para Nadia

Nadia Dominique Vera Pérez

***






"Balada para una niña citadina" poema de Mirtha Luz Pérez Robledo, la madre...A Nadia Dominique, la mujer que soy

Balada para Nadia - Fruta Negra
Voz y música de Angélica Almanza
Arreglo e instrumentación de René Hernández
Xalapa, Ver., México

https://www.facebook.com/frutanegr
https://www.soundcloud.com/frutanegra



Rubén Espinosa, Yesenia Quiroz, Nadia Vera, Mile Martín y Alejandra Negrete.

"Que quede claro: fue un crimen de estado"
Nadia Dominicque Vera Pérez fue una antropóloga social, activista y defensora de los derechos humanos mexicana​ asesinada junto al fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, a la maquillista de Mexicali Yesenia Quiroz Alfaro, a la modelo colombiana Mile Virginia Martín​ y a la asistente doméstica Olivia Alejandra Negrete Avilés, en en el multihomicidio de la colonia Narvarte, el 31 de julio de 2015.

viernes, 22 de septiembre de 2017

México se levanta


Héroes. Darío Castillejos. Septiembre 2017

Este es mi país. Un territorio telúrico. Nos levantamos una y otra vez. Mostramos que estamos hechos de duro pedernal y podemos ayudar a los otros. Que la solidaridad es nuestra verdadera segunda piel. Que vivimos para y por el otro y nos preocupa. Hoy la naturaleza nos ha probado de nuevo. Y mañana seguiremos rescatando de entre los escombros y pasado mañana. Ah, pasado mañana, este momento único nos permitirá no permitir más feminicidios, no más secuestro de un país por el narco, no más impunidad, no más corrupción, no más clasismo y discriminación. Somos únicos frente a la tragedia y esta vez saldremos del escombro, cambiados. Nada volverá a ser igual.


Pedro Palou. 20 de Septiembre de 2017


*



El puño en alto




El puño en alto

Juan Villoro 


Eres del lugar donde recoges
la basura.
Donde dos rayos caen
en el mismo sitio.
Porque viste el primero,
esperas el segundo.
Y aquí sigues.
Donde la tierra se abre
y la gente se junta.
Otra vez llegaste tarde:
estás vivo por impuntual,
por no asistir a la cita que
a las 13:14 te había
dado la muerte,
treinta y dos años después
de la otra cita, a la que
tampoco llegaste
a tiempo.
Eres la víctima omitida.
El edificio se cimbró y no
viste pasar la vida ante
tus ojos, como sucede
en las películas.
Te dolió una parte del cuerpo
que no sabías que existía:
La piel de la memoria,
que no traía escenas
de tu vida, sino del
animal que oye crujir
a la materia.
También el agua recordó
lo que fue cuando
era dueña de este sitio.
Tembló en los ríos.
Tembló en las casas
que inventamos en los ríos.
Recogiste los libros de otro
tiempo, el que fuiste
hace mucho ante
esas páginas.
Llovió sobre mojado
después de las fiestas
de la patria,
Más cercanas al jolgorio
que a la grandeza.
¿Queda cupo para los héroes
en septiembre?
Tienes miedo.
Tienes el valor de tener miedo.
No sabes qué hacer,
pero haces algo.
No fundaste la ciudad
ni la defendiste de invasores.
Eres, si acaso, un pordiosero
de la historia.
El que recoge desperdicios
después de la tragedia.
El que acomoda ladrillos,
junta piedras,
encuentra un peine,
dos zapatos que no hacen juego,
una cartera con fotografías.
El que ordena partes sueltas,
trozos de trozos,
restos, sólo restos.
Lo que cabe en las manos.
El que no tiene guantes.
El que reparte agua.
El que regala sus medicinas
porque ya se curó de espanto.
El que vio la luna y soñó
cosas raras, pero no
supo interpretarlas.
El que oyó maullar a su gato
media hora antes y sólo
lo entendió con la primera
sacudida, cuando el agua
salía del excusado.
El que rezó en una lengua
extraña porque olvidó
cómo se reza.
El que recordó quién estaba
en qué lugar.
El que fue por sus hijos
a la escuela.
El que pensó en los que
tenían hijos en la escuela.
El que se quedó sin pila.
El que salió a la calle a ofrecer
su celular.
El que entró a robar a un
comercio abandonado
y se arrepintió en
un centro de acopio.
El que supo que salía sobrando.
El que estuvo despierto para
que los demás durmieran.
El que es de aquí.
El que acaba de llegar
y ya es de aquí.
El que dice "ciudad" por decir
tú y yo y Pedro y Marta
y Francisco y Guadalupe.
El que lleva dos días sin luz
ni agua.
El que todavía respira.
El que levantó un puño
para pedir silencio.
Los que le hicieron caso.
Los que levantaron el puño.
Los que levantaron el puño
para escuchar
si alguien vivía.
Los que levantaron el puño para
escuchar si alguien
vivía y oyeron
un murmullo.

Los que no dejan de escuchar.

*22 de Septiembre de 2017.

Esta señal, que pide silencio, ha ayudado a rescatar
a víctimas de entre los escombros.




viernes, 15 de septiembre de 2017

Entre la impotencia y el dolor

Imagen realizada por la ilustradora mexicana  Eréndira Derbez:  @erederbez


Mara Fernanda Castilla Miranda: tenía 19 años, era de Xalapa y estudiaba el tercer semestre de Ciencia Política en Puebla. Hoy, después de una semana de buscarla fue encontrada sin vida. Mara Fernanda fue raptada y luego asesinada. La última vez que la vieron había tomado un #cabify en Puebla.

Gritamos su nombre. No podemos ir a celebrar algo hoy si las mujeres seguimos saliendo con miedo a las calles, si nos culpan de los crímenes que ejercen en contra de nosotras, si nos revictimizan porque nos atrevemos a salir de noche.
Celebraremos cuando las calles y el país también sean nuestros.

Nos enteramos del caso de Mara porque fue mediático, porque viajó en un transporte que implica cierto privilegio económico usarlo, pero es algo que pasa todo el tiempo en México. Nos seguiremos nombrando, siempre. Hasta que un día dejemos de vivir este infierno. Nos necesitamos vivas.

Escrito por Eréndira Derbez.



Qué noticia tan triste. Una familia más destrozada por la violencia machista. Mi solidaridad y corazón con la familia de Mara. Un abrazo enorme a su madre, quien hoy ha recibido la peor noticia de su vida. Mara, DEP y esperamos justicia para ti. Xalapa está de luto, nos han arrancado a una más de nosotras.





Ante los hechos de violencia suscitados en el país, el estado y nuestra ciudad, mi amiga Susana Córdova escribe:Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos encerramos en nuestras casas?, ¿nos llenamos de armas y chalecos antibalas? #MaraCastilla no merecía esto, y aunque el responsable se pudra en la cárcel nada hará que el dolor de su familia desaparezca. ¡Qué mundo tan jodido!


*Y sin embargo, vivir con miedo no es opción.”






La carta que Mara Fernanda Castilla Miranda ya no pudo leer:

Mara:

Cuando regreses a casa porque así será, no pidas perdón por haber salido con tus amigos a divertirte, tampoco por haberte puesto linda, no pidas perdón por haber tomado la cantidad que hayas querido tomar si es que lo hiciste, mi niña no pidas perdón por haberte divertido esa noche, por haber bailado y cantado, Mara no pidas perdón por haber estado hasta las 4 o 5 am, por haberte querido ir sola, no pidas perdón por haber solicitado un servicio de transporte al final de cuentas querías llegar segura, no pidas perdón por haberte distraído en el camino por quizá haberte quedado dormida, no se te ocurra pedir perdón por confiar en la gente. Por ahí leí "seguro ya cogía" si lo hacías no tienes por qué disculparte. Mara no pidas perdón por ser mujer.

Mara, nosotros te pedimos perdón por juzgarte, por criticar tu vida en todos los aspectos, por hacerte sentir responsable de lo que tú y tu familia no tienen la culpa, perdón por revictimizarte, por justificar a gente que daña a otras personas haciéndolas sentir que cuando alguien se encuentra vulnerable puede lastimarlas, agredirlas, violarlas, desaparecerlas o matarlas, perdónanos por no dejarte divertir ni disfrutar tu juventud, por querer apagar tu magia, Mara perdón por que cada vez que hemos hecho esto con alguna mujer hemos acrecentado la creencia de que está bien lo que ellos hacen, de que no pasa nada.

Mara cuando vuelvas da gracias, entiende que no hay nada malo en ti ni en lo que haces. Espero que seas muy feliz.

Deseo de corazón que nadie te haya lastimado.

Te estamos esperando.

De parte de alguien que no te conoce, que te quiere de vuelta y que más de una vez ha tenido que gritar "No quiero".