Mirtha
Luz Pérez Robledo (1960), poeta chiapaneca y madre de Nadia Dominique Vera –una
de las jóvenes asesinadas el viernes 31 Julio del 2015 en la colonia Narvarte
junto con el periodista Rubén Espinosa–, publicó en marzo de 2011 “Balada para
una niña citadina”, un poema dedicado a su hija Nadia, quien en ese entonces
tenía 28 años.
Balada
para una niña citadina
a
Nadia Dominique,
la
mujer…
que
soy
Se
están volviendo margaritas los huesos de la niña
Que
se consume como una lámpara olvidada
Una
piel transparente la seduce
Para
bordar en sus cabellos los pétalos de muerte
Y
mis manos quietas no la tocan
Y
mis ojos tristes no la miran
Y
mi alma inerte no la siente
Se
están volviendo secos los ojos de la madre
Que
se consume como una lámpara olvidada
Una
piel transparente se le escapa
Para
bordar en sus cabellos el llanto de la muerte
No
te vayas de mí niña de azúcar
A
deshacerte entre la piel del llanto
No
te vayas de mí pájara libre
Hacia
el páramo frío de la ausencia
Entre
tus venas danza mi silencio
Y hay un sonido mío en tus palabras
No
te vayas de mí niña de azúcar
A
plantar margaritas en tus huesos
No
me dejes sin tus ojos
Ciega
No
me dejes sin tu voz
Silente
No
me dejes sin tu luz
A
oscuras
No
me dejes sin tu piel
Desnuda
No
me dejes sin ti
Niña
de azúcar
*Musicalización
de un fragmento del poema "Balada para una niña citadina" de Mirtha
Luz Pérez Robledo (1960), poeta chiapaneca y madre de Nadia Dominique Vera –una
de las jóvenes asesinadas el viernes 31 de julio del 2015 en la colonia
Narvarte del Distrito Federal junto con el periodista Rubén Espinosa–
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