El escritor uruguayo Eduardo Galeano, falleció este lunes 13 de abril en
Montevideo a los 74 años de edad, y será velado a partir de este martes 14, en
el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
Galeano llevaba una semana en estado grave ingresado en un sanatorio de
la capital. Desde 2007 padecía un cáncer de pulmón que se había agravado y sus
apariciones públicas eran cada vez más escasas.
La última aparición pública de Galeano tuvo lugar a finales de febrero,
para recibir al presidente de Bolivia, Evo Morales. El mandatario visitó
Montevideo con motivo del cambio de mando entre Mujica y el ahora presidente
Tabaré Vázquez. En las fotos, Galeano aparecía delgado y sonriente, mientras
recibía un libro de manos de Morales con los argumentos bolivianos para exigir
una salida al mar, que bautizó como el "Libro del Mar Robado".
José Mujica ha descrito al autor como “un elegido que a lo largo de los
últimos 40 años nos dignificó en América Latina”. El expresidente ha añadido
que Galeano era “un autodidacta que se fue puliendo a sí mismo y masificó una
cultura difícil de encontrar en un universitario”.
Inaceptable, Dudu, inaceptable
Por Emir Sader
En un viaje de La Habana a Managua, hablando de cosas de un tiempo en
que las muertes de amigos y compañeros estaban al orden del día, Cortázar me
dijo escuetamente:
–Emir, la muerte es inaceptable.
¿Qué más agregar a eso?
¿Y qué muerte hoy es más inaceptable que la de Galeano, de Eduardo, de
Dudu?
¿Y qué palabras para expresar el sentimiento y para intentar describir
lo que es la vida de él, lo que nos deja, la falta que nos hará?
Decir que era el mejor escritor latinoamericano contemporáneo, el mejor ensayista,
el mejor periodista, el mejor ser humano, no basta. Faltará siempre algo, que
sólo los que tuvimos el privilegio de la convivencia puede medir.
Nos dio un tiempo para sentir lo que sería la vida sin él, conforme
resistía duramente a la enfermedad. Pero nadie puede aceptar una ausencia como
la de él.
***
Sobre Ayotzinapa
Eduardo Galeano
Los huérfanos de la tragedia de Ayotzinapa no están solos en la porfiada
búsqueda de sus queridos perdidos en el caos de los basurales incendiados y las
fosas cargadas de restos humanos.
Los acompañan las voces solidarias y su cálida presencia en todo el mapa
de México y más allá, incluyendo las canchas de futbol donde hay jugadores que
festejan sus goles dibujando con los dedos, en el aire, la cifra 43, que rinde
homenaje a los desaparecidos.
Mientras tanto, el presidente Peña Nieto, recién regresado de China,
advertía que esperaba no tener que hacer uso de la fuerza, en tono de amenaza.
Además, el presidente condenó la violencia y otros actos abominables
cometidos por los que no respetan la ley ni el orden, aunque no aclaró que esos
maleducados podrían ser útiles en la fabricación de discursos amenazantes.
El presidente y su esposa, la Gaviota por su nombre artístico, practican
la sordera de lo que no les gusta escuchar y disfrutan la soledad del poder.
Muy certera ha sido la sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos,
pronunciada al cabo de tres años de sesiones y miles de testimonios: En este
reino de la impunidad hay homicidios sin asesinos, torturas sin torturadores y
violencia sexual sin abusadores.
En el mismo sentido, se pronunció el manifiesto de los representantes de
la cultura mexicana, que advirtieron: Los gobernantes han perdido el control
del miedo; la furia que han desencadenado se está volviendo contra ellos.
Desde San Cristóbal de Las Casas, el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional dice lo suyo: Es terrible y maravilloso que los pobres que aspiran a
ser maestros se hayan convertido en los mejores profesores, con la fuerza de su
dolor convertido en rabia digna, para que México y el mundo despierten y
pregunten y cuestionen.
***
Los nadie
Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un
perro
y sueñan los nadie con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
y sueñan los nadie con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadie,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
***
Algunas de sus frases más conocidas:
"Soy un loco que sueña un mundo sin militares. Soy un loco
enamorado de la vida.”
“En este mundo de plástico y de ruido, quiero ser de barro y de
silencio.”
“Ojalá podamos ser desobedientes cada vez que recibimos órdenes que
humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.”
“El destino no está escrito, lo escribimos nosotros todos los días, todo
el día.”
***
In memoriam Francois Maspero, Günter Grass y Eduardo Galeano
“Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de
nacer, porque la muerte es mentira.” Eduardo Galeano.
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